viernes, 30 de enero de 2009

La primera noche (La llave del destino VI)


Ya era tarde y no andábamos muy bien, los leones además de arrebatarnos a un amigo nos habían hecho heridas importantes. Necesitábamos descansar.
Tomamos una mala decisión al intentar acampar en el interior del valle; no habían pasado ni un par de horas cuando la tierra empezó a temblar y salieron unos orcos muertos vivientes no con muy buenas intenciones.
No nos habíamos enfrentado antes a ese tipo de criaturas y descubrimos que la mayoría de nuestras armas no eran efectivas contra criaturas que ya habían perecido, así que cansados, heridos y lamentando la perdida de Heltar, no estábamos en muy buen lugar. Cuando parecía que todo estaba perdido... otra vez gracias a los dioses Tanathor, el kender, apareció y tras decir unas palabras las criaturas se desvanecieron. Que de secretos que tiene el kender este. Después de habernos salvado el culo le presenté al grupo y todos le dimos nuevamente las gracias por todo lo que había hecho por nosotros.
Nos aconsejó acampar fuera si no queríamos morir prematuramente porque lo que habíamos visto era una mínima parte del mal que allí se alojaba.

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